El dimetoato es de los fungicidas más conocidos y comercializados dentro del sector agrícola. Sin embargo, también es de los más dañinos para la salud ambiental. Por esta razón, la UE realizó un decreto en el que a partir de 2020 ya no se puede comprar y usar en toda Europa
¿Qué es el dimetoato?
El dimetoato es un fungicida que tiene como componente principal los neonicotinoides. Estos son una familia de insecticidas que atacan el sistema nervioso de los insectos y otros animales con menor agresividad.

Es de los químicos más usados, pero se ha demostrado que es muy perjudicial para las abejas, por lo que desde el 2020 se ha prohibido su uso. Usualmente se usa contra la mosca del olivo en el sector de agricultura.
Según los expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, se demostró que es riesgosa la utilización del dimetoato por su gran toxicidad y por los residuos a los que quedan expuestos los alimentos. Esto devendría en un peligro genético y tóxico para los seres humanos.
El producto no tendrá permiso de renovación a partir del 17 de enero de 2020, mientras que se podrá utilizar formalmente hasta el 17 de julio del 2020. Así, les darán plazo de 7 meses a los agricultores que tengan que sustituir este producto por otro menos dañino.
¿En qué funciona el dimetoato?
Antes de la prohibición, el dimetoato funcionaba por contacto e ingestión en diferentes tipos de cultivo y en contra de muchas plagas, hongos e insectos que debilitan las plantas.
Entre las más comunes son las chinches, las pulgas y los mosquitos en sus diferentes especies. Especialmente, actúan eficazmente en los insectos masticadores, minadores y chupadores.
Entre los cultivos a los que era posible aplicar el dimetoato estaban algunas plantaciones de vegetales como brócoli, coliflor, papa y en árboles frutales.
La recomendación estaba en no usarlo en cítricos jóvenes y, por supuesto, por sus componentes tan agresivos, se debían tomar medidas especiales, como desalojar animales y maquinarias en la granja o en el cultivo.
Recomendaciones
El dimetoato es un químico que funciona con mucha efectividad gracias a su concentración de 40% p/v, pero que es un peligro para el ambiente, por lo que se recomienda tener otras opciones de fungicidas que cumplan con los requisitos ambientales.
Evidentemente, este tipo de producto solo era aprobado para que lo utilizaran los agricultores capacitados.
Alternativas
Una de las alternativas al dimetoato es el uso de biopesticidas, que son productos derivados de organismos vivos como bacterias, hongos o extractos de plantas. Estos biopesticidas son menos tóxicos para los seres humanos y el medio ambiente, pero siguen siendo efectivos en el control de plagas.
Otra opción es la implementación de métodos agrícolas sostenibles como la rotación de cultivos, el uso de cultivos trampa o la introducción de insectos beneficiosos que se alimentan de las plagas. Estas prácticas ayudan a mantener un equilibrio natural en los sistemas agrícolas y reducir la dependencia de productos químicos.
Además, se están desarrollando nuevas tecnologías como los sistemas inteligentes de monitoreo y detección temprana de plagas. Estos sistemas utilizan sensores y algoritmos para identificar rápidamente la presencia de plagas y permitir una intervención temprana con métodos no químicos.
En resumen, existen varias alternativas al dimetoato que buscan reducir su impacto negativo en el medio ambiente. El uso de biopesticidas, prácticas agrícolas sostenibles y nuevas tecnologías pueden ayudar a controlar las plagas sin comprometer nuestra salud ni la del ecosistema.